
Estilo para resolver los problemas (parte 1)
En la práctica diaria, en la forma en que solucionamos nuestros problemas, se distinguen, al menos, tres tipos de estilos; incluso podríamos calificar a las personas según estos, dividiéndolas en Analíticas, Creativas y Prácticas.
En la vida real, esto no es precisamente así; ante ciertas situaciones y de acuerdo con nuestra profesión o actividad, a veces somos prácticos, otras creativos, otras más, analíticos, o de plano usamos una combinación de los tres.
Sin embargo, aunque siempre dependerá de lo grave del problema y del nivel emocional de cada persona, siempre uno de éstos estilos será el predominante.
En su libro “La resiliencia; Construyendo en la Adversidad”, su autor Al Siebert, describe estos estilos conductuales como “los tres tipos de inteligencia básicos”, y nos sugiere que “utilizarlos a nuestra conveniencia nos ayudará a resolver cualquier tipo de problema”.
Por lo anterior, tenemos a nuestra disposición estas tres formas distintas de resolver cualquier situación complicada que se nos presente:
1.- Usando el estilo Analítico:
Éste consiste en hacerse las mejores preguntas para obtener las respuestas que nos facilitarán la solución de problemas. Preguntas como:
¿Cuál es el verdadero problema?
¿Cuál es su gravedad?
¿Cuál es su urgencia?
¿De cuánto tiempo y de cuánta información disponemos?
¿A cuántas personas implica?
¿Qué deseo al resolverlo?
¿Cuál es mi objetivo principal?
¿Qué resultado consideraré como satisfactorio?
¿Qué aprenderé?
¿Cómo podré evitar que vuelva a ocurrir?
Este estilo es para usarse en problemas y situaciones que permitan el análisis y la formulación de estas preguntas.